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El viernes, los mercados bursátiles estadounidenses estuvieron bajo presión: el índice S&P 500 perdió todos sus avances desde principios de 2025. La principal causa fueron los datos recientes sobre el empleo, que superaron las expectativas y avivaron nuevamente los temores sobre la inflación. Esto reforzó la confianza de los inversores en que la Reserva Federal (Fed) no se apresurará a reducir las tasas de interés este año.
Los principales índices de Wall Street cerraron su segunda semana consecutiva en números rojos.
«El año comenzó con un falso arranque», señaló Sam Stovall, estratega jefe de mercados de CFRA Research. Según él, los datos de empleo, más sólidos de lo esperado, complican la situación en los mercados de valores. «La situación para las acciones puede volverse bastante tensa», agregó.
El Dow Jones Industrial Average perdió 696,75 puntos, un 1,63%, cerrando en 41.938,45. El índice S&P 500 cayó 91,21 puntos (1,54%) hasta 5.827,04. El Nasdaq Composite también registró un rendimiento negativo, descendiendo 317,25 puntos (1,63%) hasta 19.161,63.
El indice Russell 2000, que agrupa acciones de empresas con menor capitalizacion, sufrio una caida del 2,27%, entrando en territorio de correccion tras descender un 10,4% desde el maximo registrado el 25 de noviembre.
El llamado «indice del miedo» de Wall Street (VIX) alcanzo su nivel mas alto en tres semanas, indicando un aumento de la tension entre los inversores.
El mercado de valores de EE. UU. inicia el ano con un duro desafio: datos de empleo mas solidos intensificaron las expectativas inflacionarias y aumentaron la probabilidad de que la Fed mantenga una politica monetaria estricta. Los inversores esperaban otra cosa, pero la realidad resulto ser menos optimista.
En diciembre, el mercado laboral estadounidense mostró un crecimiento inesperado: el número de nuevos empleos aumentó significativamente y la tasa de desempleo bajó al 4,1%. Este resultado optimista cerró el año con una nota alta y confirmó que la economía sigue siendo resistente a pesar de la estricta política monetaria.
El aumento en los empleos podría acelerar el crecimiento económico, pero también incrementa el riesgo de inflación. En este contexto, la Fed podría adoptar un enfoque más conservador, limitando la velocidad de las reducciones en las tasas de interés. Para los mercados, esto significa que las esperanzas de financiamiento más barato en el corto plazo podrían no cumplirse.
Según el instrumento FedWatch de CME Group, los inversores esperan la primera reducción de tasas de la Fed en junio. Sin embargo, después de eso, la mayoría de los analistas cree que las tasas se mantendrán sin cambios hasta fin de año.
Algunos bancos han revisado sus pronósticos. Por ejemplo, BofA Global Research sugiere que la Fed podría incluso aumentar nuevamente las tasas. Esta opinión contrasta con la del presidente de la Reserva Federal de Chicago, Austan Goolsbee, quien considera que la economía de EE. UU. aún no muestra señales de sobrecalentamiento. Resaltó que una reducción en las tasas sigue siendo probable e incluso un paso razonable.
La rentabilidad de los bonos del Tesoro a 30 años alcanzó el viernes un 5%, el nivel más alto desde noviembre de 2023, antes de corregirse ligeramente a 4,966%. El aumento en la rentabilidad de los bonos tiende a atraer a los inversores hacia estos instrumentos, desviando fondos del mercado de valores.
La mayoría de los sectores del S&P 500 mostraron resultados negativos. La excepción fue el índice energético, que subió un 0,34%, impulsado por el aumento de los precios del petróleo y las expectativas de mayor demanda en los próximos meses.
Los inversores esperan con ansias el 15 de enero, cuando se publique el nuevo índice de precios al consumidor (IPC). Este indicador será clave para evaluar las próximas acciones de la Fed. Si los datos superan las expectativas, esto podría ejercer aún más presión sobre los mercados bursátiles y aumentar la volatilidad.
Las acciones de los principales fabricantes de microchips, como Nvidia, sufrieron importantes presiones. El valor de los títulos de la empresa cayó cerca de un 3% ante los informes de que Estados Unidos podría imponer nuevas restricciones a las exportaciones de tecnología ya el viernes. Tales medidas podrían golpear los ingresos de los gigantes tecnológicos y aumentar la tensión en el mercado.
Constellation Energy destacó en medio de la caída general del mercado, con una impresionante subida de sus acciones del 25,16%. La subida se produjo tras el anuncio de su intención de adquirir la empresa privada de gas y geotermia Calpine Corp por 16.400 millones de dólares. La operación debería reforzar la posición de la empresa en el sector de las energías renovables y diversificar sus activos.
Al mismo tiempo, otro actor con un nombre similar, Constellation Brands, se enfrentó a dificultades: las acciones de la empresa cayeron un 17,09%. La razón es la rebaja de las previsiones anuales de ventas y beneficios, que causó decepción entre los inversores.
Una agradable sorpresa para el mercado fue el crecimiento de las acciones de Walgreens Boots Alliance. La empresa presentó unos resultados de beneficios trimestrales positivos, lo que hizo que sus acciones subieran un 27,55%. Este crecimiento fue uno de los aspectos más destacados de la sesión.
A pesar de algunas ganancias, el panorama general del mercado distaba mucho de ser optimista. En la Bolsa de Nueva York, el número de valores que cayeron durante el día superó al de los que subieron en una proporción de 4,24 a 1. En el Nasdaq, la proporción fue de 1 a 1. En el Nasdaq, la proporción fue de 3,32 a 1.
En medio de la volatilidad, el S&P 500 registró sólo 6 nuevos máximos de 52 semanas, mientras que los mínimos alcanzaron 32. En el Nasdaq Composite, orientado a la tecnología, la situación fue aún más contrastada, con 39 nuevos máximos frente a 211 nuevos mínimos.
La sesión fue muy activa, con un volumen total de negociación en las bolsas estadounidenses de 16 240 millones de acciones. Esta cifra fue muy superior a la media de 12.310 millones de los últimos 20 días de negociación. Tal aumento de la actividad indica que el mercado se encuentra en un estado de mayor incertidumbre y tensión.
El lunes, los principales índices bursátiles asiáticos bajaron, mientras que el dólar se fortaleció hasta alcanzar máximos de 14 meses. Esto se debió a la inesperada fortaleza del informe de nóminas de EE.UU., que provocó una subida de los rendimientos de los bonos y puso en entredicho las elevadas valoraciones de las acciones. Con la temporada de presentación de informes empresariales cada vez más apretada, los mercados se vieron sometidos a presión.
Los mercados esperan con ansiedad la publicación del índice de precios al consumo (IPC) de EE.UU. el miércoles. Superar el crecimiento previsto del 0,2% en el indicador subyacente podría cerrar por completo la puerta a la relajación de la política monetaria. Esta perspectiva aumenta las tensiones de los inversores, ya que cualquier señal de aceleración de la inflación podría obligar a la Reserva Federal a mantener su rumbo restrictivo.
A los retos adicionales para los mercados asiáticos se sumó la subida de los precios del petróleo. El coste del crudo alcanzó máximos de cuatro meses debido a los indicios de reducción de los suministros procedentes de Rusia, país sobre el que Estados Unidos ha aumentado la presión de las sanciones. El sector energético volvió a estar en el punto de mira, añadiendo incertidumbre a los mercados mundiales.
A pesar de los retos mundiales, los resultados económicos de China mostraron un impulso positivo. Las exportaciones del país cobraron impulso en diciembre, mientras que las importaciones mostraron una recuperación. Sin embargo, la segunda economía mundial se prepara para nuevos retos comerciales en su relación con la nueva administración estadounidense. Esto podría afectar a las cadenas de suministro mundiales y a la demanda global.
Esta semana se espera que cinco funcionarios de la Reserva Federal hablen a la vez para comentar los datos inesperadamente sólidos del mercado laboral. Se prestará especial atención al Presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, que hablará el miércoles. Sus palabras pueden marcar la pauta de las futuras actuaciones del regulador.
La fuerte subida de los tipos de interés llevó la rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años a su nivel más alto en 14 meses, el 4,79%. En Asia, los bonos cotizaban al 4,764%. Los rendimientos más altos hacen que los bonos sean más atractivos para los inversores, lo que añade presión a la renta variable, el sector inmobiliario y las materias primas..
Los mercados bursátiles mundiales se enfrentaron a una nueva ronda de incertidumbre al comienzo de la semana. Los futuros sobre el S&P 500 y el Nasdaq cayeron un 0,4% y un 0,5% respectivamente, continuando con el retroceso del viernes. Los índices europeos también se vieron presionados: los futuros del EUROSTOXX 50 y del FTSE perdieron un 0,2% cada uno, mientras que el DAX alemán se mantuvo prácticamente sin cambios.
Un día de descanso en Japón hizo que la negociación en Asia fuera floja. El índice MSCI más amplio de acciones de Asia-Pacífico (excluido Japón) bajó un 0,4%. El Nikkei japonés se mantuvo plano, pero sus futuros cayeron de un nivel de cierre de 39.190 a 38.430, lo que indica una probable corrección en la apertura.
El índice KOSPI (.KS11) de Corea del Sur cedió un 0,5% debido a las continuas tensiones políticas. El martes, el Tribunal Constitucional iniciará las audiencias para decidir el destino del presidente Yoon Seok-yeol, contra quien se ha anunciado un juicio político. Esta incertidumbre está pesando en el ánimo de los inversores.
Los blue chips chinos (.CSI300) perdieron un 0,2% a pesar de los datos económicos positivos. Las exportaciones del país subieron un 10,7% en diciembre, muy por encima de las expectativas, mientras que las importaciones aumentaron un 1%. Estos resultados, sin embargo, han provocado una reacción mixta, ya que el superávit comercial con EE.UU. alcanzó la cifra récord de 105.000 millones de dólares, lo que podría intensificar las peticiones de aranceles más duros para los productos chinos.
El ambiente general en los mercados sigue siendo de cautela. Las caídas de los futuros estadounidenses y europeos, la debilidad de los índices asiáticos y la inestabilidad política en Corea del Sur conforman un telón de fondo negativo para el inicio de la semana bursátil. Los inversores esperan con impaciencia nuevos datos y acontecimientos para determinar la dirección del movimiento en los próximos días.
En medio de la presión sobre la moneda nacional, el Banco Popular de China ha tomado medidas para proteger el debilitamiento del yuan. El banco central suavizó las normas sobre préstamos en el extranjero, dando a las empresas más oportunidades de obtener capital fuera del país. El regulador también ha intensificado las intervenciones verbales para reforzar la confianza en la moneda.
Los inversores esperan con impaciencia la publicación el viernes de indicadores económicos clave de China, como el producto interior bruto (PIB), las ventas al por menor y la producción industrial. Estos indicadores serán una referencia importante para evaluar la salud de la segunda economía mundial.
La ministra británica de Finanzas, Rachel Reeves, ha declarado que el Gobierno tomará las medidas necesarias para imponer la disciplina fiscal. Estas acciones están destinadas a mantener la estabilidad de la economía y evitar que se deteriore la confianza de los inversores en los responsables de la política financiera británica.
El mercado del oro se mantiene sorprendentemente estable frente al fortalecimiento del dólar y el aumento de los rendimientos de los bonos. Los precios del metal precioso se estabilizaron en 2688 $ la onza, lo que demuestra el gran atractivo del oro como activo refugio.
Los precios del petróleo siguen subiendo debido a la preocupación por la disminución de los suministros. Las exportaciones rusas de petróleo en alta mar alcanzaron su nivel más bajo desde agosto de 2023, lo que añade presión a los mercados mundiales, especialmente a medida que se endurecen las sanciones estadounidenses.
En un contexto de aumento de los rendimientos de los bonos, fluctuaciones monetarias y tensiones en los mercados de materias primas, los inversores siguen atentos a las tendencias económicas mundiales. Los datos clave de China y la dinámica de la oferta de petróleo siguen en el centro de atención, constituyendo la base de las futuras decisiones de los participantes en el mercado.